¿Soy tu psicólogo?Cómo trabajaremos juntos
Terapia de adultos
(Individual)
Sobre las sesiones
La frecuencia de las sesiones va a depender de la etapa en la que nos encontremos y, por supuesto, de tu disponibilidad. Puede que nos veamos cada semana, o cada dos semanas, o una vez al mes.
La duración de cada sesión será de alrededor de 60 minutos.
En cuanto al número de sesiones que necesitaremos para alcanzar los objetivos que hayamos acordado, espero que comprendas que es imposible preverlo de antemano; aunque te aseguro que serán las menos posibles.
La primera entrevista
Además de empezar a conocernos y a crear un vínculo entre nosotros, durante la primera entrevista probablemente te haga las siguientes preguntas:
Si decidimos seguir trabajando juntos
En las siguientes sesiones repasaremos los avances que hayas logrado desde la última vez que nos vimos y abordaremos los siguientes pasos hacia los objetivos que te hayas marcado.
Esos objetivos es probable que vayan cambiando según lo vayas haciendo tú, así que revisaremos los objetivos frecuentemente.
Finalizaremos cada sesión recapitulando lo trabajado en ese día y viendo la manera de que practiques hasta la próxima entrevista los recursos que hayas descubierto y las estrategias que hayamos diseñado.
También es probable que revisemos la historia que te cuentas sobre tu propia vida. Tal vez podamos “reescribir” algunos de los capítulos que te estén dando problemas en el presente o que te dificulten avanzar. Y sobre todo, trataremos de “escribir” un argumento futuro que sea de tu agrado.
Constantemente consultaré contigo las decisiones terapéuticas.
Y además nos basaremos en tu forma de entender las cosas y en tus propios recursos. Mi tarea no consistirá en producir cambios en ti. Más bien intentaré colaborar para que creemos un ambiente en el que los cambios que tú emprendas resulten más probables.
Terminada la tarea
Me comunicaré contigo cada cierto tiempo (si no tienes inconveniente) para comprobar cómo te va la vida. Esta fase de seguimiento se extinguirá unos meses después de haber tenido la última entrevista.
Terapia de adolescentes
Sobre las sesiones
La frecuencia de las sesiones va a depender de la etapa en la que nos encontremos y, por supuesto, de vuestra disponibilidad. Puede que nos veamos cada semana, o cada dos semanas, o una vez al mes.
La duración de cada sesión será de alrededor de 60 minutos cuando me entreviste con vosotros, los padres. Cuando me reúna con un niño o adolescente la sesión será algo más corta.
En cuanto al número de sesiones que necesitaremos para alcanzar los objetivos que hayamos acordado, espero que comprendáis que es imposible preverlo de antemano; aunque os aseguro que serán las menos posibles.
La primera entrevista
Si en el problema por el que solicitáis mi ayuda está implicado un adolescente entonces la primera sesión la tendré con él a solas (siempre que el adolescente esté de acuerdo y vosotros como padres también) y seguiré un esquema parecido al que utilizo con un adulto.
Es importante aclarar que no siempre es necesario trabajar con el adolescente directamente (cuando se trata de un adolescente puede resultar una tarea imposible hacerle venir a la consulta), sino que en muchas ocasiones la intervención del psicólogo se dirige a orientar a los padres y con eso es suficiente. Si aprendéis como padres a ver la situación con otros ojos o bien a enfrentaros a las dificultades de otra manera puede que sea suficiente para que los problemas mejoren.
La segunda sesión la puedo tener con vosotros a solas y, al finalizar, decidiremos como seguir la terapia, si es que vemos que es necesaria.
Terapia de parejas
La primera entrevista
Al comenzar la primera entrevista os leeré y os daré a firmar el siguiente documento:
Compromiso inicial
Para conseguir tener una buena comunicación con mi pareja me comprometo a comportarme durante las sesiones de psicoterapia de la siguiente manera:
1. Comenzaré mis intervenciones con la palabra YO.
2. Seré específico.
3. Cuando le pida a mi pareja que cambie algún aspecto, describiré lo que quiero que haga en lugar de como quiero que sea; describiré lo que puede empezar a hacer en lugar de lo que puede dejar de hacer.
4. Cuando critique algo de mi pareja me centraré en sus conductas observables en lugar de en sus intenciones o motivos.
5. Cuando estemos discutiendo sobre algún problema centraré la conversación en el presente o en el futuro y nunca en el pasado.
6. Me mantendré en un solo tema y evitaré introducir varios a la vez.
7. Me aseguraré de que mi pareja ha expresado completamente su pensamiento antes de que yo dé mi opinión o reaccione.
8. Me aseguraré de haber comprendido el punto de vista de mi pareja; pediré aclaraciones o ejemplos ante cualquier duda que me surja.
9. Expresaré mis sentimientos abiertamente, pero no los utilizaré para inducir culpabilidad, miedo o intimidación.
10. Seré conciso.
11. Acepto que mi turno de palabra esté limitado para prevenir que llegue a acaparar la conversación.
12. No interrumpiré, ni lanzaré ataques.
13. Procuraré no guardar rencores después de cada sesión.
Además de empezar a conocernos y a crear un vínculo entre nosotros, durante la primera entrevista probablemente os haga las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es el motivo de vuestra demanda de ayuda? ¿Cuál es el problema más importante o urgente?
- ¿Cómo es vuestra familia?
- ¿Cuáles son las soluciones que habéis intentado hasta ahora?
- ¿En qué momentos el problema no os afecta o es más suave?
- ¿Cuáles son vuestros objetivos en la vida, como pareja e individualmente?
- ¿Qué metas nos proponemos alcanzar juntos?
- ¿Cuáles son vuestros recursos y fortalezas como pareja?
- ¿Qué hacéis para divertiros? ¿Cuáles son vuestras aficiones o intereses?
- ¿Cómo empezó la relación?
Puede ocurrir que me planteéis un problema muy concreto y que consigamos poner en marcha en la primera entrevista un pequeño cambio que desencadene una reacción en cadena de cambios positivos. En ese caso puede que no sea necesario que volvamos a vernos
Si decidimos seguir trabajando juntos
En las siguientes sesiones os pediré que me hagáis un resumen de vuestras vidas individuales.
Empezaremos a detectar los esquemas disfuncionales que se formaron cuando erais niños.
Los esquemas disfuncionales te hacen creer que hay algo malo en ti y en tus relaciones. Se formaron en la infancia y se desarrollaron como resultado de experiencias dolorosas repetidas con cuidadores, hermanos y compañeros. Los esquemas distorsionan nuestra visión de la realidad.
Los esquemas se activan a lo largo de la vida creando sentimientos muy dolorosos de vergüenza, sensación de abandono, tristeza, miedo, ira, etc. Dificultan nuestra capacidad para sentirnos seguros en nuestras relaciones, para satisfacer nuestras necesidades y para satisfacer las necesidades de los demás.
Después de explorar los esquemas de cada miembro de la pareja, así como sus desencadenantes, y de validar el dolor que sigue manifestándose cada vez que se activan, empezaremos la identificación de las conductas o comportamientos de afrontamiento de esos esquemas que pone en práctica cada miembro de la pareja: estrategias que utilizamos en las relaciones como una manera de tratar de controlar, eliminar o bloquear nuestro dolor asociado al esquema y que traen consigo un sufrimiento evitable.
Empezaremos a buscar conductas alternativas que puedan reemplazar a los afrontamientos inadecuados. Para ello identificaremos cuales son vuestros valores.
Los valores reflejan nuestro deseo más profundo en relación a lo que deseamos ser en el mundo y cómo queremos comportarnos con otras personas. Los valores nos ayudan a orientarnos en la vida.
Después identificaremos acciones concretas, basadas en valores, que cada miembro de la pareja quiera desarrollar en la relación.
Y haremos algunas cosas más, aunque creo que con lo anterior podréis haceros una idea de cómo puede desarrollarse el trabajo que haremos en común.