¿Soy tu psicólogo?0 reflexiones esclarecedoras
Algunas ideas
Estoy convencido de que posees una reserva de sabiduría siempre disponible (aunque puede que lo hayas olvidado). Asi que indagaré en tus recursos y fortalezas. Luego veremos como usarlos para resolver lo que te agobia.
Creo que no podemos tener un contacto directo con la realidad. Interpretamos, construímos la realidad según nuestras creencias, experiencias, capacidades, etc.
Me gustan muy poco las etiquetas diagnósticas. Prefiero ver el cielo estrellado en todo su esplendor que andar buscando constelaciones.
Es posible describir la experiencia vital de muchas maneras diferentes. Siempre podemos elegir el sentido que le queremos dar a nuestra vida y al contenido de nuestros relatos. Practicaremos el arte de contar tu vida desde el punto de vista que te resulte más adecuado; que te permita dejar atrás viejas y limitantes interpretaciones.
Creo que la práctica de la meditación (Mindfulness) me ayuda mucho en mi vida y en mi trabajo. Mantener la atención centrada en la experiencia inmediata con curiosidad, apertura, aceptación y amor me parece muy beneficioso.
Mi labor como psicólogo está orientada por la ética budista: me ayuda a encontrar el camino de vuelta a mi propio corazón. Aunque entiendo el budismo como una psicoterapia y no como una religión.
Procuraré escucharte con el interés y la frescura de un principiante. Aprenderé de ti la mejor forma de serte útil. Procuraré ver el mundo con tus ojos.
Algunas terapias
Las siguientes son algunas de las terapias que me enamoran y orientan:
Buscaré lo que te sea más útil para ti. Así que unas veces utilizaré unos enfoques psicológicos y otras veces otros, tratando siempre de encontrar el más adecuado para las circunstancias que estés viviendo. Tus necesidades son únicas, por eso me adaptaré a ellas para poder satisfacerlas.
Una metáfora
Ahora, como guinda de esta presentación, quiero compartir contigo una metáfora que me gusta mucho y que muestra algunas características de la relación que espero que emprendamos en breve.
Los dos escaladores
Es como si tú y yo fuésemos escaladores, cada uno se afana en su propia montaña. Eso sí, las montañas se alzan cercanas una a la otra.
Yo puedo ver un camino por el que tu puedes subir tu montaña, no porque yo la haya escalado antes, ni porque haya coronado la cima, ni porque sea más listo que tú, sino porque estoy situado en una posición desde donde puedo ver cosas que no pueden verse desde donde estás tú.
Yo estoy escalando mi propia montaña y tú, llegado el caso, podrías hacerme indicaciones pertinentes sobre el camino que me espera.
Mi única ventaja con respecto a ti durante la terapia será la perspectiva.
Aunque hay cosas que yo no puedo saber sobre tu montaña. Esas tendrás que contármelas tú y yo no tendré más remedio que confiar en ti.
Asimismo, aunque yo te pueda aconsejar sobre la senda que veo, no subiré la montaña por ti. En realidad, tú tienes la tarea más difícil.
