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Autonomía psicológica

autonomía psicológica

Ser autónomo psicológicamente implica integrar unos cuantos aspectos como el tener claro cuáles son nuestras necesidades y deseos; la voluntad de alcanzarlos; la aceptación crítica de las normas y leyes impuestas por la sociedad; y, por último, el reconocimiento de los deseos, necesidades y voluntad ajena.

Poniendo pegas

poniendo pegas

En ocasiones puedes encontrarte diciendo algo así: “Quiero ser feliz, tener una vida plena, pero…”. Ese “pero” da comienzo a una pega que pones para alcanzar tus objetivos o una disculpa para no encaminarte hacia ellos con ahínco.

Dilemas

dilemas

Es bastante frecuente que nos encontremos haciendo cosas que, aunque no nos gustan, las repetimos una y otra vez. Y no siempre es porque nos veamos obligados, sino porque la alternativa que se nos ocurre es igual de indeseable o peor.

Más hoyos

atolladeros psicológicos

Sigo poniendo ejemplos de formas de pensar y actuar que, aunque no logran que consigamos lo que queremos, son difíciles de cambiar. Formas de pensar y actuar que tienden a confirmar lo mal que nos sentimos.

Algunos hoyos

trampas psicológicas

En ocasiones nos encontramos ante un problema que notamos que, cuanto más intentamos arreglarlo, más crece. Ciertas maneras de pensar, sentir y actuar se convierten en la leña que echamos diligentemente en el fuego que nos consume. Y como el fuego aumenta, echamos más leña intentando apagarlo.

La película que nos contamos

nuestra manera de ver el mundo

Nos parece que el mundo es tal cual nosotros lo vemos. Y según lo vemos así actuamos,  tratando de llevar una vida correcta. Pero el cómo vemos las cosas está influido por nuestras experiencias pasadas, por lo que aprendimos cuando éramos niños, por nuestras ideas, por las ideas y actitudes de los que nos rodean, etc.