Algunas preguntas introductorias
¿No sabes qué hacer con tu hijo? ¿Te da la impresión de que no puedes con él, que tiene un carácter muy difícil? ¿El niño siempre se sale con la suya? ¿Has probado de todo y nada te ha funcionado? ¿Te parece muy difícil la labor de educar? ¿Te parece difícil ser madre o padre? ¿No comprendes el comportamiento infantil?
Si alguna de las anteriores preguntas te ha “llegado” es probable que te interese lo que he escrito para ti. Se trata de algunos principios teóricos que te pueden resultar muy prácticos en el esforzado oficio de educar a una criatura.
Supongo que sabes discernir entre lo que está bien y lo que está mal con respecto al comportamiento de los niños. Si tienes alguna duda al respecto sería interesante que la compartieras.
¿Por qué se comporta así?: Un poco de teoría
Pues se comporta de la manera en que lo hace porque así ha aprendido a hacerlo al relacionarse con las personas que forman parte de su vida.
Los comportamientos que tienen consecuencias positivas tenderán a repetirse. Y una consecuencia positiva para un niño puede ser un elogio, una sonrisa, un beso, etc.
Si por el contrario la consecuencia es negativa disminuirá la probabilidad de que el comportamiento en cuestión se repita.
Si queremos cambiar algún comportamiento de tu hijo porque te parece poco adecuado no tienes más que cambiar las consecuencias de ese comportamiento.
Como ves hablo de si lo que tu hijo hace es adecuado o no, en ningún momento me refiero a si el niño es adecuado o no. Es muy importante tener en cuenta esta diferencia. Tu hijo puede hacer cosas “malas” pero eso no significa que él sea malo. Te recomiendo que vigiles tu lenguaje para evitar decirle a tu hijo que es malo porque le ha dado un mordisco a un compañero del colegio. Lo que ha hecho está mal, pero él está bien.
También conviene que tengas en cuenta que la conducta de tu hijo no aparece aislada sino que es una reacción a algún estímulo del medio en el que se mueve. Y que a su vez la conducta del niño provocará conductas en los que le rodean. Que a su vez harán reaccionar a tu hijo. Así que conviene indagar en que fue lo que disparó el comportamiento que te preocupa de tu hijo. Y que consecuencias provocó ese comportamiento.
Quiero aclarar antes de seguir que cuando digo comportamientos hago referencia a pensamientos, sentimientos y acciones.
Las consecuencias son muy poderosas
Tanto es así que pueden crear nuevos comportamientos o hacer, por el contrario, que desaparezcan otros.
Pongamos un ejemplo. Tu hijo obedece a la primera cuando le pides que recoja los juguetes que están desparramados por su cuarto. Al acabar le das un abrazo y le dices que así da gusto, que es una gran ayuda para ti. Como ves el comportamiento de tu pequeño ha generado que tu le muestres tu contento, cosa que tu hijo interpretará como algo agradable y que hará más probable que otro día, cuando le pidas que recoja sus juguetes, lo haga sin rechistar.
Por otro lado, si tu hijo monta una pataleta porque no quiere ir al colegio y tú, por no aguantarle, cedes y lo dejas en casa, entonces estamos ante un caso en que el mal comportamiento de tu hijo ha traído como consecuencia que desaparezca un estímulo para él desagradable: ir al colegio. Así que es más que probable que repita la pataleta dadas las consecuencias positivas que ha obtenido anteriormente.
No parece muy complicado ¿verdad?
Por si no he conseguido dejarlo sufrientemente claro voy a resumir en cuatro puntos el poder que tienen las consecuencias:
1. Una conducta aumenta si con ella se obtiene algo positivo.
2. Una conducta aumenta si se retira algo negativo.
3. Una conducta disminuye si con ella se obtiene algo negativo.
4. Una conducta disminuye si se retira algo positivo.
Algunas preguntas que te pueden ayudar
Si quieres saber por qué tu hijo ha hecho lo que ha hecho tendrás que indagar en lo que ocurrió justo antes de que lo hiciera y también en lo que pasó después de su comportamiento. Las siguientes preguntas pueden ayudarte:
1. ¿Qué sucede poco antes de que tu hijo haga…?
2. ¿Qué es lo que crees que está influyendo en su manera de comportarse?: ¿La situación?, ¿el momento?, ¿el lugar?, ¿las personas que están presentes?
3. ¿Qué pasa inmediatamente después de que tu hijo haga…?
4. ¿Obtiene algo agradable con su comportamiento?
5. ¿Se libra de algo desagradable?
Espero que te haya gustado lo que has leído y que te animes a ponerlo en práctica.
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Comentarios 2
Buenas. Pues mi hijo de 15 años es bastante bueno y se puede hablar con el, pero el de 11 a veces me saca de mis casillas. Si él dice no, es no, aunque tenga que estudiar, no quiere ayuda, cuando a el no le parece no quiere hacer algo (clases de música) es una pelea, su tono es muy desafiante y siempre tiene que quedar encima y mirando mal, porque cree que lleva razón. Sólo con su padre se controla más. ¿Qué puedo hacer? Gracias.
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Hola, Miriam. Supongo que tendrás que negociar con él una y otra vez. Yo seleccionaría unas pocas cosas, muy pocas, que tú consideres innegociables y en el resto, cedería.