Nos gusta sentir emociones positivas
A todos nos gusta que nos digan cosas amables que despiertan emociones positivas, que nos dediquen gestos cariñosos, que nos mimen. Y eso no se nos pasa con los años: nos sigue gustando por muy viejos que seamos (incluso, puede que nos guste más que nunca).
Pero, con demasiada frecuencia, se nos olvida decirle a nuestra pareja lo mucho que la queremos, o lo guapa que nos parece.Supongo que damos por hecho que ya lo sabe; o nos da un poco de vergüenza decir esas cosas; o nos parece cosa de adolescentes eso de los abrazos o de las ternuras.
Sea lo que sea que nos lleva a no expresar las emociones positivas que sentimos hacia la persona con la que convivimos, lo que no me ofrece ninguna duda es que a esa persona le gusta recibir esas manifestaciones de amor. Como nos gusta a nosotros mismos, como le gusta a todo el mundo (ya sé que me estoy repitiendo, pero creo que no está demás repetirlo dada la frecuencia con que lo olvidamos).
Manos a la obra
Así que desempolvemos nuestro lado más poético y pongámonos a redactar cartas de amor.
Dejemos notas por la casa.
Escribamos con el lápiz de ojos en los espejos y en los azulejos.
Hagamos ejercicios de estiramiento que nos permitan abrir los brazos para dar abrazos descomunales.
Hagamos muecas ante el espejo hasta que consigamos sonrisas que manifiesten los infinitos matices del amor, de la ternura, del agradecimiento.
No olvidemos que somos mortales
Y no olvidemos que la vida, la nuestra y la de nuestros seres queridos, se puede acabar en cualquier instante.
¿Cómo te gustaría que te recordara tu pareja si te da por morirte?
¿Qué te gustaría que no quedara por decir?
Si tu tiempo se estuviese agotando, ¿en qué lo emplearías?, ¿cómo lo emplearías con la persona que te acompaña?
Y no olvidemos que estamos vivos. Y que la vida se manifiesta en toda su plenitud instante tras instante, sin desfallecimientos. Recordémoslo, por nuestro bien.
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