Depresión: una salida

depresión

Evitar lo que desagrada no es la solución

Cuando estás deprimido no te apetece hacer nada. Y cuanto menos haces menos ganas tienes aún de emprender algún tipo de actividad: es lo que tiene la depresión.

Habitualmente pensamos que para embarcarnos en alguna actividad es imprescindible sentir una inclinación interior, sentir ganas. Es decir, pensamos que debe surgir desde nuestro interior la motivación para hacer algo.

Aunque te habrás fijado que hay muchas actividades que haces aunque no te apetezcan, actividades ante las que tienes pocas o ninguna posibilidad de elección: poner la lavadora, llevar al niño colegio, trabajar, etc. En este caso es como si el exterior tirara de ti.

Y supongo que te suele ocurrir que, aunque en principio no te apetezca emprender esa actividad, en cuanto te pones en acción acaba por interesarte e incluso te sienta bien.

La vida no resulta fácil para nadie, está llena de dificultades: eso no se puede elegir.
Pero se puede elegir, cuando nos encontramos con dificultades, darles cara o salir huyendo de ellas.

Si decidimos evitar lo que nos desagrada, en un primer momento sentimos alivio, aunque, a la larga, nos traiga consecuencias negativas.

Eso pasa cuando nos encontramos bajo el influjo de la depresión: procuramos evitar la realidad que nos rodea porque sentimos que no podemos con ella. Esa evitación produce un alivio inmediato.

Pero a la larga, queriendo evitar lo desagradable también dejamos de hacer cosas que nos sientan bien y eso agrava nuestro estado de ánimo. Nos alejamos de los retos para encontrar un alivio, pero nos quedamos sin las recompensas que esos retos nos proporcionan.

Ponte en acción siguiendo un objetivo

Cuando estamos deprimidos no podemos fiarnos de lo que nos apetece. Si te preguntas, en ese estado, que si prefieres activarte o quedarte tirado en la cama ya te imaginas cuál será la respuesta.

Lo más prudente, si quieres dejar atrás el estado depresivo, es que actúes siguiendo un objetivo y no según tu estado de ánimo. Y ese objetivo puede ser que te impliques en actividades que te han proporcionado placer en otras ocasiones; o que te han hecho sentir útil.

Es decir, conviene que te pongas en marcha sin esperar a que tu estado de ánimo mejore. Y ese ponerse en marcha hará que salgas poco a poco de la depresión.

Te propongo leer el siguiente artículo para profundizar un poco en este asunto de los objetivos:

Valores

¿Cómo empezar y por dónde para salir de la depresión?

Será más fácil emprender un cambio en el comportamiento que agrava la depresión si te propones pasos pequeños y no quieres obtener resultados inmediatos.

Si te propones retos excesivos acabarás frustrado si no consigues llevarlos a cabo y lo mandarás todo a la porra y volverás a tirarte en la cama.

¿Por dónde empezar? Pues por las actividades que te son gratas de manera natural. Esas actividades son las que con más probabilidad te aportarán gratificaciones.

También te puedes auto premiar con pequeños caprichos por iniciar actividades que a corto plazo no reportan mayores placeres como, por ejemplo, empezar a hacer ejercicio físico.

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