Comer conscientemente
Para mejorar una relación lo primero que tendremos que hacer es pararnos a observar con quién o con qué nos relacionamos. Nuestro trato con los alimentos no es una excepción.
Pero, frecuentemente, comemos sin prestar atención a lo que nos llevamos a la boca, sea porque estamos pensando en otra cosa, o viendo la televisión, etc. Y esta manera automática de comer propicia que ingiramos cualquier cosa sin ser conscientes de su calidad y también propicia que comamos más de lo que necesitamos.
Señales de saciedad
Si comemos conscientemente, además de disfrutar más de los sabores, olores, colores y texturas de los alimentos que tenemos la suerte de poder llevarnos a la boca, también notaremos las señales de saciedad que nos manda nuestro cerebro y pararemos a tiempo.
Y si somos conscientes de cuándo estamos saciados podremos comer lo que nos apetezca sin la necesidad de estar restringiendo ciertos alimentos para conseguir perder los kilos que le sobran a nuestros cuerpos (o por miedo a ganar esos kilos).
Momentos de desenfreno
Encierra un gran peligro andar privándose de ciertos alimentos una y otra vez, ya que nos puede llevar a que tengamos momentos de desenfreno y nos lancemos a comer de manera descontrolada para compensar tantos sacrificios y penurias.
Si ocurre que en algún momento nos descontrolamos con la comida es probable que nos sintamos culpables, fracasados e, incluso, inmorales. Y es que juzgamos a los alimentos como buenos o malos,( malos suelen ser aquellos que engordan), cuando me parece que sería más adecuado clasificar a los alimentos en saludables o no saludables.
Comer sin hambre
Al prestar atención al acto de comer es probable que observemos que son muchas las ocasiones en que lo hacemos por razones sociales y no por hambre.
O por razones emocionales como estar triste, aburrido, estresado, etc.
Resumiendo
Así que si queremos mejorar nuestra relación con la comida conviene que tengams en cuenta las siguientes cosas:
- Que le prestemos la atención que se merece.
- Que comamos lo suficientemente despacio como para que nos dé tiempo a disfrutar de todos los sentidos.
- Que no nos distraigamos.
- Que observemos cómo reaccionan nuestros cuerpos ante los distintos alimentos (tanto mientras los ingerimos como mientras los digerimos).
- Que paremos cuando notemos saciedad.
- Que comamos cuando sintamos hambre.
Buen provecho.
Y si quieres leer más sobre el comer conscientemente puedes seguir el siguiente enlace:
Alimentación y atención plena: algunas preguntas
Si quieres escuchar un audio:
Come conscientemente y estarás más sano