Libros amigos
Algunos libros pueden acompañarnos a lo largo de los años brindándonos un apoyo incondicional.
Cada vez que abres uno de ellos tu corazón se esponja, o tu mente parece recorrida por una brisa fresca, o sientes el vértigo de estar escuchando la voz de alguien que está muy lejos en el tiempo o en el espacio, pero que, aún así, te está hablando a ti y te ofrece las palabras que necesitas escuchar en ese momento.
Conviene tener siempre a mano alguno de esos libros amigos, consejeros; esos libros que son manos que acarician, o que sacuden, dependiendo del momento.
Conviene acercarse a ellos con frecuencia y beber en sus aguas a pequeños sorbos, como lo hacen las gallinas: un trago y levantan la mirada al cielo: un rato de lectura y otro de reflexión, de dejar que resuene en nuestro interior las palabras y lo que en ellas viene disuelto.
Y abrimos el libro mientras esperamos a que el dentista nos atienda, o en un avión, o en el váter.
Y cuando volvemos a cerrarlo nuestra mente ya no es la misma. Habremos trocado temor por serenidad; rabia por comprensión; aburrimiento por entusiasmo.
Libros que me han acompañado
Ahora quiero compartir los libros que me han acompañado a lo largo de los años; esos libros, esos autores, a los que vuelvo una y otra vez.
- André Van Lysebeth escribió unos libros que son una magnífica exposición de lo que es el Hatha-yoga: “Aprendo yoga”, ”Perfecciono mi yoga”, “Pranayama”, “Mi sesión de yoga”.
- Jiddu Krishnamurti. Cualquiera de los libros en los que se recopilan sus charlas públicas. No conozco mejor lima para mantener afilados los dientes del espíritu crítico.
- “Hacia la paz interior” de Thich Nhat Hanh. Este monje budista sabe cómo animarnos a entender la meditación como algo cotidiano (y muchas cosas más, por supuesto).
- “La meditación Vipásana” de Joseph Goldstein. Otro autor budista que explica a la perfección esta potente técnica de meditación.
- “La conciencia sin fronteras” de Ken Wilber. Elijo esta obra porque fue la primera que leí de este pensador, pero el resto de su obra también me ha acompañado durante mucho tiempo.
- “Ensayos” de Montaigne. Con este autor tengo la impresión de estar hablando con alguien muy, muy cercano. Si me dieran a elegir que obra me hubiese gustado escribir, esta sería sin duda la que elegiría.
- “El Quijote”. Leer este libro siempre me hace recuperar la fe en el ser humano. Me conmueve, me divierte, me admira su lenguaje, me sorprende, etc. Este es el libro que me llevaría a una isla desierta (aunque a veces dudo si no me llevaría los “Ensayos” de Montaigne).
Estos libros ( y otros que no menciono) han sido y son útiles para mí. En otros momentos de mi vida serán otros los que me acompañen.
Otras personas tendrán otras compañías, o tal vez compartamos algunas de ellas.
Lo que para uno resulta una medicina para otro puede ser un veneno.
Con lo que quiero decir que mi intención ha sido presentaros a algunos amigos íntimos.
No pretendo decir que estas sean buenas compañías para todo el mundo. Más bien propongo tener en cuenta la inestimable ayuda que puede proporcionar un libro elegido cuidadosamente.
¿Te apetece compartir tus “amores”? ¿Quieres hacer un homenaje público a esos autores que tanto te han aportado? Ojalá así sea. Nos conoceremos un poco más unos a otros. Descubriremos nuevos paisajes.
Un abrazo.